miércoles, 3 de marzo de 2010

Consumos culturales: A ciegas con Luz

A Ciegas con Luz es uno de los espectáculos que organiza el Teatro Ciego. En completa oscuridad nos ofrecen una deliciosa cena acompañada por música en vivo.

Sabores, olores, texturas. Sensaciones cambiantes: primero incomodidad, después inhibición, finalmente un eterno relajo. Todo esto y un poco poco más me llevé de este original espectáculo.

Llegar hasta la mesa, más allá de la guía que nos ofrece uno de nuestros anfitriones, se presenta como el primer gran desafío. Los minutos del comienzo son caóticos. Entre comensales nos reimos, nos ponemos nerviosos, nos sentimos claustrofóbicos. De a poco nos vamos acostumbrando a la idea, buscamos formas de organizarnos: nos recordamos quién se sienta en cada lugar, nos buscamos con las manos para medir las distancias.

La gente del Teatro Ciego, muchos de ellos no videntes, pasan por las mesas con total naturalidad. Nos sirven vino, nos ayudan a encontrar el pan. Alguien confiensa sentirse observada, y no me queda otra opción que admitir que -más allá del absurdo- comparto su paranoia.

La comida se siente fresca al tacto, casi siempre uno puede adivinar -ayudado por el olfato- con qué tipo de plato se va a encontrar al llevárselo a la boca. Los sabores son elaborados y sorprenden. El vino se toma sin registro de cantidades. 

De a poco nos vamos soltando, el vino ayuda. Comienza la música y afloran nuevas sensaciones. Cada canción, acompañada por aromas particulares, nos sitúa en un lugar distinto. Nuestra mente vuela... imaginamos cada escena con sus colores y movimientos. Un nuevo mundo se abre ante nosotros, y ya nos sentimos cómodos y partícipes de él. Tímida, les pregunto a mis compañeras comensales "¿Ustedes también están bailando sobre la silla? ". Todas responden que sí.

3 comentarios:

Cami R. dijo...

Cuenta pendiente! Cuando vaya te cuento mi experiencia!

Julie dijo...

Fui hace casi dos años al Teatro ciego a ver La isla desierta. Y em pasó lo mismo que describís en el tercer párrafo.
Me asusté mucho primero, y después lo disfruté y lo recomendé.

Muy bueno el post!

stephanie-* dijo...

Gracias! Esa obra fue también mi primer acercamiento al teatro ciego. Pero "A ciegas con luz" redobla la apuesta con el componente agregado del sabor.

Tengo ganas de ir a ver una nueva, "El sueño de los elefantes". Si está buena seguramente la publicaré por este medio...