jueves, 23 de septiembre de 2010

Conocidos y Desconocidos

Conocidos desconocidos

Flor se dirigía hacia el banco para hacer un trámite de la oficina cuando, en una mueblería, vio un rostro conocido. Se estampó contra la vidriera del local y pegó el gritito que siempre hace cuando se encuentra a algún comprovinciano cordobés. Acto seguido, entró a la mueblería y corrió a abrazar a la mujer que estaba por pagar. Antes de que ella pudiera reaccionar se le tiró encima con su efusividad cordobesa: "¡Hooooooolaaaa! Cómo estás tanto tiempo siempre me acuerdo de vos de ese día que hablamos en el campo qué linda que estás mucho más flaca con mi mamá siempre hablamos de vos le pregunto cómo estás qué casualidad encontrarte por acá te dejo un beso enorme queestoyreapurada". La señora sonrió: "Qué lindo verte, mandale muchos saludos a tu mamá".

Camino al banco Flor llamó a su mamá para contarle: "¡No sabés con quién me encontré! ¡Con tu amiga! No me acuerdo el nombre, tu amiga con la que estuvimos en el campo" "¿Qué amiga Flor?" "Esa que se parece a la política que tampoco me sale el nombre, está mucho más flaca, súper linda" "Ahhh, sí, sí, ¡pero no puede ser! La vi hoy a ella, está acá en Córdoba" "¿¿¿Cómo??? ¡Si la acabo de saludar!"

A la vuelta del banco Flor volvió a la mueblería y le preguntó al señor que atendía quién era aquella mujer. "¿Cómo? ¿No la conocías? Era Lilita Carrió".

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Desconocidos conocidos

Dos señoras mayores muy paquetas se encontraban de viaje en Nueva York. Estaban por subir a su habitación en el ascensor del hotel cuando un hombre lo detuvo y entró junto a ellas. Era muy alto, negro, con dos perros dobermans casi tan imponentes como él. Las señoras lo observaron con cierto temor mientras las puertas del ascensor se cerraban.

"Sit!" le dijo el hombre a sus perros. No terminó de pronunciar el monosílabo que las dos señoras se sentaron en el suelo del ascensor.

(...)

Días más tarde, las señoras concluían su viaje y se disponían a pagar su estadía.
- "No deben nada" -dijo el conserje.
- "Pero si todavía no abonamos..."
- "Ya se, pero Michael Jordan se rió tanto con ustedes dos que quiso pagarles el alojamiento".

Gracias Flor y Kiko por las anécdotas.
Gracias Anecdotario Colectivo por "prestarme" el estilo de narración (muy difícil de igualar, por cierto).

9 comentarios:

Cecilia dijo...

Jajajaja!!!!!! que buen post! muy de viernes para arrancar el día con humor!!! jajaja me imagino lo de Michael Jordan y me muero!!!
Lindo es que hayas vuelto Simonetto!

stephanie-* dijo...

jajaja hay que ponerle onda al viernes!!!

gracias nenaaaaa! quiero que estrenes tus "cosas de mandinga" pronto :)

Cecilia dijo...

Dale!!! Mañana posteo! jajaja y ojo que se viene mi propio blog! ahi me vas a tener que ayudar!!! jajaja!!!!

Lauti dijo...

Jodeme que la anécdota de Lilita es verdad...me hace acordar a la de mi grupo con Tristán! jajajaja

Muy buena entrada amiga mía, un tono muy atrayente y ameno (lectura muy bien acompañada por un sahumerio relajante -yo lo bauticé así- de la India).

p.d.: no quiero decirlo muy fuerte, pero el verbo sentar(se) en inglés es "sit". Sí, a veces mi obsesión es más fuerte que yo, ja.

stephanie-* dijo...

Gracias Lotín! Sí, ambas anécdotas son ciertas y la tuya de Tristán bien podría complementar este post.

Y muchas gracias por tu corrección, me confundí por seat de have a seat. Por supuesto todas las observaciones nacidas de tus obsesiones son más que bienvenidas por aquí :)

PD: Me parece a mí o estás teniendo mucha presencia en la web ultimamente? Tenés que estudiar o algo? jajaja

Fer Massa dijo...

jaja
Se agradece el chivo.
Muy divertido el post, y por supuesto, muuuy buenas las anécdotas. Sobretodo la segunda.

Julie dijo...

La imagen del ascensor es genial.
Jordan, dos perros y dos señoras sentadas en el piso... Inimaginable, se volvió real! Ni al guionista de Space Jam se le ocurrió!

Y lo de Lilita...jajaja, genial también!

Muy bueno Steph!

Chelo Souto dijo...

Lo de Lilita super flaca da origen a dudas... Pero vale más la anécdota que la verdad. jajaja
Besos!

stephanie-* dijo...

Gracias chicos! Medio que las anécdotas se cuentan solas jaja

Chelo: andá a saber cómo era la otra señora...!