domingo, 7 de marzo de 2010

Semiótica improvisada: El peronismo sin Perón

El libro "Perón o Muerte" de Silvia Sigal y Eliseo Verón es una muy buena articulación de dos temas que siempre me han interesado: el movimiento peronista y el análisis del discurso. A lo largo de todo el texto los autores logran desentreñar los fundamentos discursivos del fenómeno peronista con éxito. Pero mi capítulo preferido es el que habla sobre la Juventud Peronista (JP).

Según Sigal y Verón, el primer problema que las vanguardias de izquierda debieron aceptar en los setenta fue la distancia entre sus orígenes sociales y las masas que pretendían representar y en cuyo nombre tomaron la palabra. La solución que la JP le dio a este problema fue la adhesión a un movimiento político específico como modo de identificación con el pueblo: el peronismo.

Esta solución implicaba una suerte de anulación simbólica de la distancia entre los militantes y la masa. La JP debió afrontar una contradicción insoluble: aquella entre la pretensión de hablar en nombre del pueblo, y la necesaria sumisión a otra palabra, la palabra de Perón.  La JP no pudo abandonar su deseo de ser el portavoz del pueblo, pero al mismo tiempo estaba obligada a aceptar el principio según el cual Perón expresa, por definición, los verdaderos intereses del mismo, dado que esta aceptación es el fundamento mismo de la identidad política de la Juventud.

Es entonces cuando la JP debió recurrir a la única salida que encontró: el peronismo sin Perón.

Roman Jackobson definía la función poética del lenguaje como aquella donde el acento está puesto sobre el mensaje en cuanto tal. El libro de Sigal y Verón nos muestra varios ejemplos de eslóganes y consignas de la JP dominados por esta función. Es que frente a la difícil solución encontrada por la Juventud -el peronismo sin Perón- los militantes no tuvieron otra opción que recurrir a la ambigüedad intrínseca de la función poética en sus mensajes.

Contradicciones, ambigüedades, mensajes poéticos y peronismo sin Perón. Es interesante analizar el discurso pasado, pero más interesante es ver cómo los recursos utilizados se repiten en el futuro. Y mientras leo no puedo evitar preguntarme cómo puede ser que todo esto me remita a distintos momentos posteriores del país. Tal vez será porque tropezamos varias veces con la misma piedra, tal vez porque -como muchos dicen- la historia suele ser cíclica. En todo caso, hay algo seguro: es mucho más fácil "ser peronistas sin Perón" con él muerto.

2 comentarios:

Joaquín Bilbao dijo...

Un muy buen post iluminador de una materia difícil como el peronismo. Una cuestión que amerita más posts.

Me agrada la semiótica improvisada.

stephanie-* dijo...

Una cuestión que amerita leer el libro! O por lo menos el capítulo en cuestión...

Gracias :)